sábado, 18 de abril de 2009

DESPERSONALIZACIÓN







En algunas ocasiones había hablado con mi padre sobre los enfermos de Alzheimer, ese mal que aqueja a tantos ancianos y ancianas, cada vez en mayor número, porque la edad media de vida ha subido mucho y entonces hay mayor probabilidad de que muchos mayores contraigan esa enfermedad.

Pero, a pesar de haber hablado con mi padre de estos temas y de explicarme en esas conversaciones que el Alzheimer es una enfermedad degenerativa, que afecta sobre todo a los procesos mentales, uno no se hace idea del todo de sus consecuencias hasta que no conoce un caso cercano. Lo mismo que ocurre con otras variedades de demencia senil, todo comienza por olvidarse de cosas y nombres de la vida corriente, hay una progresiva desmemoria. Luego se produce una desorientacción temporal (¿en qué día estamos, en qué mes, en qué año?, serían preguntas expresivas de ese proceso), a continuación una desorientación espacial, que lleva al afectado a decir: ¿dónde estoy?, ¿dónde está mi casa?, a perderse en la calle y no saber dónde vive ..., para finalmente desconocer el propio nombre, no saber cómo se llama uno. Todo esto unido a un olvido y falta de reconocimiento de quienes tienes alrededor, la mujer,el marido, los hijos ...

Es comprensible que esta enfermedad sea tan dura de llevar por parte de los familiares de alguien afectado de Alzheimer. De repente, uno cae en la cuenta de que su abuelo, su abuela, a los que tanto quiere, no te conocen, no recuerdan tu nombre, no saben quienes son ellos y todo se convierte en una relación entre "desconocidos".

Si hoy traigo a mi blog sobre "los otros" el caso de los enfermos de Alzheimer es porque ese trastorno los convierte en "otros", habiéndose producido en ellos un verdadero proceso de despersonalización. Realmente ya no son las personas que eran, son "otros" ... para sí mismos y para los demás.

He leído que es un trastorno cerebral que se diagnostica bien, pero cuyas causas, aunque estén asociadas a la edad, no se conocen bien del todo. Se dice que puede prevenirse mediante una vida mental y física activa, con estrategias que ayuden a retrasar o paliar los síntomas y parece que, en ese sentido, se están obteniendo algunos logros, pero el problema es profundamente grave.

Hace unos años vi la película "El hijo de la novia", en la que la abuela padece este trastorno y pregunta constantemente a la nieta: ¿Cómo te llamas?. Se me ha quedado grabada para siempre la imagen de ternura y cariño que tenía la mirada de esa abuela cuando hablaba con su nieta, pero en un diálogo imposible, como entre absolutos desconocidos.

Me impresionó ver no hace mucho la imagen en primera página del diario El País, en la que aparecía el que fue el primer presidente de la democracia española, Adolfo Suárez, paseando junto al Rey. La foto, de espaldas a la cámara, reflejaba un alejarse paulatino de las cosas, de la vida, mientras el Rey echaba su mano protectora y comprensiva sobre los hombros de quien fue su leal colaborador, pero que con toda seguridad no sabía con quién estaba paseando. Uní este caso a otro reciente, el del ex presidente de la Generalitat, Pascual Maragall, que hace poco hizo público que padecía este mal en una fase incipiente, queriendo contribuir de esa manera a que la sociedad tome conciencia del problema, pero con unas palabras que también sonaban casi a despedida, como diciendo: Todavía soy consciente de que empieza a pasarme algo que no controlo ..., puede que llegue un momento en que ya no sepa ni quién soy yo, ni a quién me dirijo.

Por último, me viene a la mente el recuerdo de nuestro vecino Pepe, un hombre educadísimo y cariñoso, siempre elegantemente vestido, que nos saludaba a todos por la mañana, al tomar el ascensor, con palabras amables ..., hasta que un buen día dejó de saludar y nos miraba con una mirada ausente, a pesar de que nos dirigíamos a él y le llamábamos por su nombre.

Desmemoria ..., despersonalización ..., todo un proceso que convierte en "otros" a algunas personas, y un mal que a todos nos puede acechar. Ojalá la ciencia logre dar con medidas que, si no logran erradicar esta enfermedad, retarden al menos sus efectos y haga más tolerable la vida a quienes padecen Alzheimer y a quienes les acompañan en esa trayectoria hacia la incomunicación.









lunes, 13 de abril de 2009

NO VER NI OIR

Marina acaba de cumplir 59 años. Es la vicepresidenta nacional de la asociación de personas sordociegas, vinculada a la ONCE. Un día de primeros de Mayo de 1971, entró en el quirófano de un centro samenitario de Granada para ser intervenida de un mioma benigno, alojado entre las vértebras cervicales y, tras despertar de la anestesia, nunca más volvió a ver. Desde hace aproximadamente unos 10 años, ha ido perdiendo paulatinamente la audición en ambos oídos, a causa de una enfermedad no claramente diagnosticada, pero que, en opinión de los especialistas, puede ser de tipo inmunológico. Con ayuda de sofisticados audífonos, un tipo de habla clara y pausada y acercándonos mucho a su oído derecho, nos puede oír algo a quienes nos relacionamos con ella.

Hoy me siento a su lado, le cojo sus manos entre las mías y nos disponemos a charlar durante un rato:

- Marina, cuando tú perdiste la vista, tenías más o menos la edad que yo tengo ahora. Luego has perdido un porcentaje muy alto de audición. Es un poco duro lo que te voy a peguntar, pero tengo confianza para hacerlo: De los dos problemas, ¿cuál ha sido el más importante?

- Rocío, puedes preguntarme lo que quieras y te voy a responder a esto con un “depende”. Cuando perdí la vista fue un trauma horrible, yo entré al quirófano viendo y, al despertar del postoperatorio, me di cuenta de que no veía. Tardé mucho tiempo en aceptar no sólo el hecho de aceptar que me había quedado ciega, sino sobre todo las consecuencias. Pero me fui acostumbrando, me vine a Madrid a trabajar en la ONCE, logré ser profesora de Inglés (carrera que había estudiado, los 3 últimos años ya sin ver) en el colegio de esta institución, aprendí a andar por las calles de Madrid, ayudada de mi inseparable bastón. Detrás de todo eso, hay mucho sufrimiento acumulado, aunque yo traté de salir adelante y me relacionaba con mucha gente, iba a conciertos, teatros, incluso al cine … Parecía que, dentro de todo, las cosas estaban encarriladas y pasaba ratos estupendos con la familia y con los amigos. Incluso me fui a vivir sola a un piso que compré y pude hacer viajes al extranjero, con una estancia de varios meses en Londres. Estaba disminuida, pero relacionada. Lo del oído no fue de repente, sino poco a poco y creo ahora que me ha llevado a sentirme mucho más sola. La falta de oído me ha aislado y actualmente lo experimento como un problema mayor que la falta de visión.

- ¿Cómo ha sido la reacción de la gente cercana ante estos dos problemas tuyos?

- De los cercanos, la familia ha sido y es mi principal apoyo. De los “amigos” habría mucho que decir … No quiero ser negativa, pero sí sincera contigo y decirte que, al principio, parece que todo el mundo se vuelca y luego, poco a poco, muchos se van retirando y te quedan dos o tres personas a las que puedas considerar amigos de verdad. Yo creo que la mayoría de las personas huye del sufrimiento, no se quieren asomar al mundo del dolor y de la dificultad. Tal vez admiren tu fortaleza, pero … desde lejos.

- (De vez en cuando, tengo que acercarme mucho al oído “menos malo” de Marina y repetirle lo que le he preguntado, e incluso “escribirle” en la palma de su mano alguna palabra más difícil, o que no acaba de apreciar bien). ¿Cómo te las arreglas para vivir sola, cocinar, incluso conjuntar la ropa que te pones, tú que eres tan coqueta?

- Todo es cuestión de organizarse y de ser muy cuidadosa y ordenada. Al cabo del tiempo, me he ido inventando trucos y estrategias para saber dónde tengo cada tipo de ropa, con su forma y color. Mi madre y mi hermana me han ayudado a organizarme y a poner cada cosa en su sitio, de modo que todo me resulte más fácil. En la cocina, también tengo mis trucos para distinguir los distintos mandos y lo mismo hago con el frigorífico o la lavadora. Y, para comer, bueno, tú me has visto, imagino siempre el plato como si fuera la esfera de un reloj … y siempre hay alguien al lado, que me dice si me queda una patata, o un trozo de fruta a las cinco o a las seis.

- Marina, como te he dicho, estoy escribiendo un blog con temas de personas que son “distintas” de la mayoría, por cualquier motivo. ¿Tú, realmente, te sientes distinta, o son los demás los que, con sus reacciones, hacen que te sientas distinta?

- Claro, yo no puedo dejar de pensar que tengo dos importantes limitaciones, de lo contrario sería loca o imprudente. Pero lo que no me gusta es que la gente me tenga lástima, o que me proteja excesivamente. Me agrada, y espero de los demás, que me traten con normalidad, que me ayuden cuando se lo pida o, mejor aún, que caigan en la cuenta de que tienen que adaptarse a la relación conmigo, pero sin necesidad de que, de una u otra forma, me estén todo el tiempo recordando mi “diferencia”. Sé que no siempre resulta fácil hacerlo así, pero cuando de verdad me siento cómoda es comprobando que los demás se relacionan conmigo de manera natural.

- Muchas gracias, Marina, por este rato y por haber permitido que me meta un poco en tu intimidad. Sólo quiero que sepas que yo soy de las que te miro con normalidad y así me gustaría tratarte siempre que nos veamos. Otro día podemos seguir la conversación, porque me quedan muchas cosas que preguntarte, aunque lo mejor sería que escribieras un libro con todas tus experiencias. Estoy segura de que pueden ayudar a mucha gente.

MUERTE ANUNCIADA … Y ¿VENDIDA?


Una vez más, los medios no sólo ponen en el primer plano de la actualidad un caso que conmociona a la opinión pública, sino que además se convierten en el escenario de polémicas cruzadas y en altavoz que reproduce de forma intensa e inmediata las preguntas que cada uno nos hacemos ante hechos que superan nuestra capacidad de asombro, con ramificaciones políticas y éticas incluidas. Me refiero a Jade Goody, la mujer que ha ido vendiendo, a través de un reality show, boda, enfermedad, agonía, muerte y funeral.

Era inevitable, inmediatamente los medios se posicionaron en un sentido u otro, a favor, en contra, en calidad de meros testigos o de jueces implacables y, desde luego, entre los ciudadanos se empezaron a escuchar opiniones a favor y en contra, influidas estas por aquellos.

Estoy de acuerdo con quienes se han alineado a favor o, al menos, comprensivos con el hecho de que una mujer haya decidido usar su libertad para exhibir aspectos de su intimidad y, de esa forma, obtener dinero para ayudar a unos hijos, que quedarían desamparados tras la muerte de su madre. Así lo manifestó en varias ocasiones la protagonista de esta historia. Objetivamente, el fin era bueno (ayuda a unos hijos) y los medios (exhibición de la intimidad en situaciones de necesidad límite) no tienen por qué considerarse malos en principio. Mi postura, pues, es de comprensión hacia la conducta de esta mujer. Desde luego, no me erijo en juez suyo.

Otra cosa es lo que pienso del papel jugado aquí por los medios, tendentes a convertir en espectáculo cualquier hecho, a “comprarlo” y difundirlo, por íntimo que sea, con tal de ganar audiencia. Es la tentación que acecha siempre a cualquier medio, principalmente a la televisión, cuando sus profesionales “huelen” que puede haber tema para rato … y para ganar cuotas de mercado entre los espectadores. En este sentido, opino que no todo vale pensando en la audiencia y en el supuesto interés de mucha gente ante acontecimientos llamativos o con un punto de morbo.

Finalmente, me parece oportuno añadir una breve reflexión relativa a la audiencia, tantas veces hipócrita, porque con un ojo hace de juez y con el otro de “mirona”, por un lado finge escandalizarse con tales exhibiciones y, por otro, no deja de verlas. Claro, siempre queda el recurso de decir que hay que estar enterados de lo que todo el mundo sabe y habla.

http://es.wikipedia.org/wiki/Jade_Goody
http://www.fape.es/index.php?option=com_content&task=view&id=101&Itemid=120

domingo, 29 de marzo de 2009

TETRAPLÉJICOS




Se llama Claribel, tiene 25 años, es una chica guapa y alegre y no quiere que la gente, cuando la ve moverse en su silla de ruedas se detenga a observarla con una mirada de pena. Porque ella, evidentemente, siente que es una chica normal, que piensa como cualquier joven de hoy y tiene parecidos gustos y aspiraciones en la vida y, desde luego, no quiere dar pena. Bueno, es realista y consciente de que tiene una diferencia respecto a la mayoría. Para moverse, para ir de un sitio a otro, necesita una silla de ruedas.

La conocí durante un verano en mi pueblo de vacaciones. Es amiga de unos amigos míos, que me la presentaron en una fiesta. Aquella noche, menos saltar y brincar, hizo de todo, porque tiene una marcha increíble. Cuando acabó la fiesta, pude comprobar cómo un amigo le ayudaba a pasar de la silla de ruedas a su utilitario adaptado, que conduce francamente bien.

Al verano siguiente, me la volví a encontrar y tuvimos ocasión de hablar cuatro horas seguidas, entre cubata y cubata, en una de las discotecas de la zona. Entonces me contó cómo había empezado todo, lo de la silla de ruedas, los meses en el hospital y en el centro de rehabilitación de tetrapléjicos y antes, aunque con muchas lagunas en el recuerdo, lo del accidente hace justamente 5 años. Ahora que escribo esto, siento un escalofrío cuando me doy cuenta de que aquello le pasó a la edad que yo tengo ahora.

Si hoy traigo a Claribel a mi blog es porque tantas y tantas veces me ha dicho que lo que peor lleva de su situación es que la vean, y sobre todo que la "miren como" distinta. Dice que lo nota en reacciones insignificantes de la gente, que a cualquiera pasarían desapercibidas, pero que a ella no se le escapan. Me dice también que ha tenido que luchar para que en su Facultad facilitaran el acceso al centro de personas con sus características, porque no había ni rampas cuando ella llegó a matricularse por primera vez.

Hoy tiene la satisfacción de comprobar que su lucha no ha sido en vano, las barreras arquitectónicas de su Facultad han desaparecido y se hace la ilusión de que allí, entre gente algo más joven que ella y con las mismas aspiraciones (tras el accidente y la rehabilitación perdió varios años académicos), la "miran" de otra manera, como a cualquiera, aunque vaya en silla de ruedas.

INTERNET






Internet es un conjunto de redes de comunicación interconectadas que utilizan una serie de protocolos para funcionar como una red única de alcance mundial.

Es muy difícil poner una fecha exacta al nacimiento de Internet, ya que ha sido un largo proceso de investigación durante años. Muchas de las ideas acerca de crear una red de ordenadores que permitiera la comunicación entre varios usuarios de distintos ordenadores aparecieron en los años 50. No obstante, los primeros pasos prácticos tuvieron lugar a partir de los años 60, cuando varios grupos empezaron a trabajar y a probar lo que se había investigado sobre el concepto de conmutación de paquetes. Se suele considerar que Paul Baran, Leonard Kleinrock y Donald Davies lo inventaron paralelamente aunque el principal creador e ideador de Internet fue Tim Berners-Lee.

En 1961, un científico de la informática, Leonard Kleinrock, publicó el primer documento sobre la teoría de conmutación de paquetes. A través de sus investigaciones y con la ayuda de otro genio de la comunicación y uno de los padres de Internet, Lawrence Roberts, consiguió que los ordenadores pudieran “hablar” entre sí, lo que supuso un gran avance en el trabajo informático de la red.

Sin embargo, el primer gran avance técnico y práctico apareció en noviembre de 1969, con la creación del primer enlace entre las universidades de UCLA y Stanford. En 1972, tuvo lugar la primera demostración pública de ARPANET, una red nueva de comunicaciones. A partir de aquí, la red de redes no ha hecho más que evolucionar, integrando nuevos protocolos.

Cabe destacar la aparición de uno de los servicios más importantes y de más éxito de Internet, la World Wide Web, que nació en 1990.

No obstante, Internet ofrece ahora muchos más servicios aparte de la Web, como el correo electrónico, la mensajería instantánea, la transmisión de archivos, la televisión, o los juegos en línea, entre otros.

Internet se ha convertido en un pilar fundamental de la comunicación. Hoy en día, es posible acceder a casi cualquier parte del mundo a través de un ordenador, obtener información de forma instantánea, estar conectado en varios lugares, incluso al aire libre. En definitiva, es un fenómeno tecnológico que está presente prácticamente en el mundo entero y que nos ofrece una infinidad de posibilidades jamás pensables.

Cada vez son más las personas que tienen acceso a Internet y lo usan. Se estima que ya en 2006 contaba con mil cien millones de usuarios, y no para de crecer.

Además de tener un gran peso en la sociedad, de modo que tanto niños como mayores lo necesitan y usan a diario, es un fenómeno cultural globalizador, que permite aprender y conocer nuevas culturas debido a la gran información que facilita. Pero no sólo es un pozo de información, sino también una nueva forma de entretenimiento y ocio (descargas de películas y música, redes sociales y juegos, etc.).

Se puede decir, por tanto, que Internet ha provocado una revolución en todos los campos y es un medio que está acaparando otros escenarios mediáticos, cada vez menos presentes en la sociedad. Para algunos, Internet es “el salvador” de muchos problemas que antes no podíamos solucionar y produce felicidad, empatía y bienestar. Otros, en cambio, temen a este “monstruo” que se está haciendo con todo, parece que camina de forma autónoma y que incluso fuera incontrolable por nosotros mismos.

domingo, 22 de marzo de 2009

¡QUÉ BARBARIDAD!




- ¡Lo que hay que ver, hija!

- Ay, si mi marido levantara la cabeza ...

- Es que hoy da todo igual, da igual ocho que ochenta, es lo mismo ser hombre que mujer, o mitad y mitad, llaman familia a gente que se junta y eso le dura tres días, claro que eso también pasa con los que se casan por la Iglesia o en el Juzgado, hoy el matrimonio no es para toda la vida, sino a tiempo parcial ...

- La culpa es de la televisión, de esos programas basura, donde vale todo y la gente va a contar sus lios, que si ahora me junto con éste y dejo al otro y luego me vuelvo a juntar. Bueno, mucho de culpa también la tienen los profesores, que no enseñan como antes, ahora son muy blandos y no exigen a los chicos desde pequeños la disciplina, la educación ...Y no te quiero decir de esos padres y esas madres que nunca están en casa, los niños solos y, claro, así cómo se van a educar. O el Gobierno, con esas leyes, que llaman progresistas, pero que son en el fondo un retroceso de la humanidad.

- Pero lo peor de todo es que dos hombres y dos mujeres se puedan casar y que eso se llame matrimonio, como lo nuestro, que fue como Dios manda, con hombres hechos y derechos, con todo en regla, delante del Cura y todo con formalidad.

Hablaban y hablaban las dos señoras, no en voz muy alta, pero sí lo suficiente como para que los que estábamos cerca de ellas en el vagón del metro de la línea 1 nos pudiésemos enterar. Es más, yo creo que tenían interés en que mi amiga Sara y yo, que íbamos a clase, nos enteráraramos bien de lo que estaban hablando y de cómo estaban dejando las cosas claras. Vamos, que trataban de dar su lección, ahora que tenían la oportunidad de hablar a un auditorio joven, aunque sólo estuviese representado por mi amiga y por mí.

La verdad es que, tanto Sara como yo no perdíamos ni ripio de lo que las emperifolladas señoras estaban diciendo. Pero no acertaba a entender cómo tan temprano les había dado tan fuerte como para hilvanar todo un discurso moral sobre lo divino y lo humano ... De pronto, me dí cuenta de que unos metros más allá, hacia el fondo del vagón había dos chicos, más o menos de nuestra edad, cogidos de la mano, hablaban, se reían, se hacían confidencias y me dio la impresión de que también se besaban con toda naturalidad.

Creo haber leído en alguna ocasión que la gente que se muestra tremendamente hostil contra la homosexualidad son, en el fondo, personas reprimidas en sus afectos y en su propia sexualidad. No sé si será cierto, pero no estoy segura de que sólo sean personas mayores las que se muestran intolerantes ante la orientación sexual de determinadas personas, ante quienes son distintos de la mayoría, precisamente por esa orientación. También hay jóvenes intolerantes y nada respetuosos frente a esas diferencias.

Las señoras se bajaron en una estación anterior a la nuestra. Sara y yo tuvimos ocasión para comentar, a lo largo del día, la escena de la mañana en el metro, mientras, como cada día del año, convivimos con mucha gente joven, entre quienes hay algunos que tienen orientaciones sexuales distintas a las de la mayoría. Son personas, son distintos. Algunos de ellos se cuentan entre nuestros amigos.

¿IMPORTA EL COLOR DE LA PIEL?



- ¡Negro tenías que ser!, gritó el taxista tras comprobar que otro coche le había adelantado indebidamente por la derecha, y siguió con un discurso en el que se mezclaban opiniones sobre todo y sobre todos, que si los innmigrantes habían venido a quitar el trabajo a los españoles, que si los rumanos eran todos unos ladrones, los "moros" unos sucios y falsos, que a la primera te engañan, que las camareras y dependientas de otros países (la mayoría latinoamericanas) eran lentísimas sirviendo, que si había oido por la radio ("sabe, ud., la radio entretiene mucho, uno pasa muchas horas en el taxi y, además, te informan de muchas cosas") que casi dos terceras partes de los presos que hay actualmente en las cárceles españolas son inmigrantes ..., que la culpa de todo es de Zapatero porque abrió la frontera para que entraran aquí los que quisieran ..., y así siguió en su monólogo durante varios minutos, mientras mi padre y yo nos mirábamos con una mezcla de complicidad (hemos hablado muchas veces de temas como estos) y de espanto. Sobre todo, a mi padre sé que le molestan especialmente este tipo de actitudes y todavía me admiro cómo no saltó a la primera y se contuvo, aunque estoy seguro de que ganas no le faltaban. En esta ocasión había optado por un silencio que el más tonto hubiera sabido interpretar como de total condena ante tales barbaridades.

Como el tipo no dejaba hablar, tampoco nosotros teníamos ninguna gana de entablar una conversación con quien nos separaban tantas cosas y, además, de nada iba a servir, no tuve más remedio que refugiarme en mis pensamientos. Una vez más, pasaban por mi mente escenas de xenofobia, de racismo, que yo había visto en algunos informativos, había leído en los periódicos e incluso había podido comprobar entre gente de mi edad.

Pero también fue un momento para darme cuenta de que una de las mejores cosas que tenía el colegio al que asistí desde los 4 años hasta ingresar en la Universidad, era su pluralidad. Chicos y chicas de distintas nacionalidades, colores, religiones y estilos de vida fueron mis compañeros. Su sola presencia, su compañía, el poder ser amigo de cualquiera, ya era una lección de respeto al otro, al distinto.

En esto llegamos al final de nuestro trayecto. Tras pagar el importe al taxista y, sin mediar por nuestra parte ninguna otra palabra con él, dijo a modo de despedida: "Y que conste que yo no soy racista".

lunes, 9 de marzo de 2009

LA VECINA "PUNKY"


Laura, mi vecina, es "punky". Su estilo general, sus tatuajes, los muchos piercings que lleva, todo eso facilita que cualquier chico o chica de mi edad la incluya en el grupo de los punkys. El problema está, como pasa con los demás protagonistas de mi blog, en las miradas de los otros. En este caso, incluyo dentro de los otros a la mayoría de mis vecinos, que se cruzan con Laura a la entrada de casa, en el ascensor, en el jardín, o en el portal. Evidentemente, ella es distinta a la mayoría de las chicas que viven en mi bloque por su aspecto externo. Esa "distinción" hace que la miren de "disinta manera". Pero hay en la mirada de los vecinos algo que me resulta preocupante. Su mirada esconde una crítica, incluso una descalificación y un juicio de valor sobre la persona. La mayoría la conoce sólo de vista, pero "ya se han hecho una idea" y, de acuerdo con ella, la perciben y la valoran. Eso es lo que aprendí en mis cursos de bachillerato, cuando nos explicaron los prejuicios y estereotipos.


La imagen externa tiene, en nuestro tiempo, una importancia enorme, es un aspecto al que la mayoría le presta una gran atención. Yo no digo que carezca de importancia, pero no hasta tal punto de sacar conclusiones acerca de las personas sólo por su aspecto externo.


En cierta ocasión oí decir a mi padre, profesor universitario, que había tenido durante uno de los cursos de no hace mucho tiempo una alumna que llevaba una cresta enorme y extraordinariamente llamativa, de esas que ya es raro ver, pero que no hace mucho estuvieron de moda. Creo honestamente que mi padre, como persona y como profesor, no se deja influir por las apariencias de las personas y no las jujzga en función de ellas, aunque sé que no le gustan los piercings, porque los considera antiestéticos. Pues, bien, me dijo que esa alumna fue la mejor del curso en todos los sentidos y a la que le dio la mejor nota de toda la clase. Me dice también mi padre que, a veces, suele poner el ejemplo de la "chica de la cresta", cuando tiene que dar una conferencia sobre temas sociales o educativos, que se relacionen con los prejuicios y estereotipos.


Con esto pretendo destacar dos elementos importantes. El primero, la ignorancia que supone el juzgar a una persona, o menospreciarla en todos los sentidos, sólo por su aspecto externo. En segundo lugar, creo que una vez más, estamos frente a otra persona a la que se suele englobar en aquellos "otros", sólo por no parecer como "la mayoría". Es posible que de estas personas, de la corriente "punky" aprendamos cosas nuevas, como ideologías, o formas de vida totalmente respetables.

lunes, 2 de marzo de 2009

EL PAÍS DIGITAL


El País es un periódico español de tirada nacional de pago. Es el periódico no deportivo español de mayor difusión, sin contar, pues, los que se dedican a las temáticas relacionadas con los deportes, contando con una cuota diaria de ventas de aproximadamente 425.927 ejemplares, según la OJD, el organismo encargado de efectuar dichas mediciones. Es, además, el que tiene mayor número de lectores y su suplemento dominical es también el más difundido y leído, descontando aquellos dominicales que se distribuyen de forma conjunta. Su sede social se encuentra en Madrid, pero tiene delegaciones en otras ciudades principales como Barcelona, Valencia, Bilbao o Sevilla, aportando suplementos específicos para varias de las Autonomías de nuestro país. A lo largo de la semana incluye, como encartes, diversos suplementos, destacándose entre ellos Babelia, uno de los mejores culturales que se difunden en nuestro país. También cuenta con una edición global que se distribuye en América del Sur.

En lo ideológico, se ha definido siempre como de tendencia europeísta. Su ideología corresponde a la de centro-izquierda. Le da un tratamiento mayor a las noticias de cultura, economía y de carácter internacional, además de a las de nacional, como es lógico.

En el tratamiento formal del periódico, El País se caracteriza por su compostura expresiva, tanto en la elaboración de la información como en lo que concierne a la estética: páginas de cinco columnas en las que predomina el orden y la definida distribución de los diferentes subgéneros periodísticos. Para completar u apoyar a la información, las páginas cuentan con fotografías e infografía. Cabe destacar que desde su creación hasta hace dos años, siempre ha mantenido el mismo diseño y la misma tipografía: Times Roman.

Este periódico forma parte del mayor grupo mediático español, el grupo “Prisa”, que cuenta también con la Cadena Ser, la Editorial Santillana (líder en publicaciones escolares), algunas otras editoriales que publican narrativa y ensayos y la radio fórmula de Los 40 Principales, entre otras empresas pertenecientes al grupo.
El País fue fundado por José Ortega Spottorno, hijo del insigne filósofo español D. José Ortega y Gasset, el 4 de mayo de 1976, cuando vio la luz por primera vez, situándose por tanto su nacimiento en el contexto histórico de la transición política española, en cuya consolidación tanto contribuyó este periódico junto a otras, que jugaron igualmente un papel relevante. Este diario fue diseñado por Reinhard Gade.

Debido a su importante compromiso con la democracia, al triunfo del PSOE en las elecciones de 1982, y su y su sintonía con el gobierno de Felipe González, El País fue considerado el líder de la prensa española, dejando atrás a ABC, un gran periódico también, de larguísima tradición, literariamente de calidad, clara adscripción monárquica e ideología conservadora.
El País es el periódico español de mayor proyección internacional, habiendo llegado a acuerdos con otros periódicos extranjeros para incluir de vez en cuando algunos apartados en inglés.

En los años 1990, El País decide ofrecer una edición electrónica en Internet, El País digital, aunque no fue el pionero en esto, pues se le adelantó el periódico catalán Avui. En noviembre de 2002, fue el primero en imponer un sistema de pago pata tener acceso a los contenidos de su edición on line, pero tras constatarse una disminución considerable de visitas y frente a su rival mediático en prensa, El Mundo, que no había adoptado este sistema de pago y se estaba haciendo con el liderazgo, El País decidió reabrir la mayoría de sus contenidos de forma gratuita.

En octubre de 2007, este periódico realizó una modificación tanto de sus contenidos como de la edición en ambas formatos, el impreso y el digital. Además, reemplazó su fiel lema “Diario independiente de la mañana” por el de “El Periódico Global de Noticias en Español”.

Quisiera añadir un dato que considero relevante. Por cuarto año consecutivo, ElPaís.com ha logrado uno de los galardones más reconocidos internacionalmente en periodismo digital, premiándole como uno de los mejores medios de Internet del mundo entero: PEI Awards. Así, se convierte en el único periódico digital español que ha logrado algún EPpy, así como el reconocimiento del medio europeo más condecorado a lo largo de la historia de estos premios.

domingo, 1 de marzo de 2009

HOMBRES QUE HABLAN SOLOS




Siempre había pensado que las personas que hablan solas tenían algún problema psicológico más o menos grave o que, en todo caso, eran gente rara. Pero un día oí decir a un psicólogo que hablar a solas, con nadie como interlocutor, no tiene por qué ser necesariamente algo patológico, aunque en algunos casos lo sea, que hay personas que, en determinados momentos, se concentran mejor, o fijan de manera más profunda un pensamiento si lo expresan en voz alta. Es, por ejemplo, el caso de algunos deportistas que se dan ánimos a sí mismos, se transmiten mensajes y dicen frases cuyo interlocutor y destinatario son una sola y misma persona.

Pero, a lo largo de esta semana, me he encontrado con dos individuos que hablaban solos y mi intuición me llevó a pensar que aquí había algo realmente raro, no sé si patológico, pero sí por lo menos distinto. En el primer caso, se trataba de un hombre de unos 50 años, sentado a la puerta de la casa de una calle céntrica de Madrid. Con la mirada perdida, parecía pronunciar un discurso ante un auditorio imaginario, porque acompañaba sus palabras con gestos bien medidos y daba la impresión de encadenar una serie de argumentos. Eso interpreté en los breves instantes en los que pude observarle, con discreción, mientras pasaba junto a él aminorando un poco el ritmo de mis pasos.

En el segundo caso, se trataba de otro hombre, de elevada estatura, de raza negra, vestido con ropajes de colores llamativos y no alcancé a saber qué decía, porque hablaba en un idioma, que yo interpreté como uno de los muchos que se hablan en el África subsahariana. Sus palabras sonaban con una especial cadencia, parecía ser un canto, aunque estoy segura de que no cantaba propiamente, hablaba sin parar y su hablar me sonaba a triste.

Cuánto me hubiera gustado descifrar el sentido de esos raros discursos de los dos hombres que hablaban a solas, qué decían, por qué lo decían, a qué personas imaginarias, o reales para ellos, se lo decían. Ambos casos me parecieron metáforas precisas de la soledad de muchas personas de nuestro tiempo, aisladas, sin interlocutores con los que intercambiar una palabra. No sé a qué grupo pertenecen mis personajes de esta semana, si a los que hablan a solas siendo "normales", a los que hacen lo mismo porque tienen una patología, o a los que de esa manera están denunciando sin pretenderlo que en nuestro mundo falta comunicación y encuentro entre las personas, aunque a veces sobren las palabras.

No quiero terminar esto sin una anécdota, que es como el reverso del caso de mis hombres solitarios. Pocos minutos después de haberme cruzado con el último de ellos, oí la voz de una mujer joven, que hablaba a voz en grito y de forma tan atropellada como sus pasos. Instintivamente, dirigí mi mirada hacia ella... Iba hablando, sí, sola, pero a través del móvil. ¿Por qué hemos de suponer necesariamente que, en este caso, no hablaba "a solas", sino que hablaba con alguien? Lo cierto es que cualquiera que la hubiese visto y oído la habría colocado en el grupo de las personas "normales", no en el grupo de "los otros".

lunes, 23 de febrero de 2009

LAS REDES SOCIALES

Llamamos "red social" a las estructuras sociales que permiten establecer determinadas relaciones entre los individuos. Estas pueden ser de distinto tipo, como intercambios financieros entre empresas, rutas aéreas o de amistad. Pero la forma más conocida de red social, por lo menos hoy en día, es la interacción de personas mediante blogs, chats, foros, etc.
Estas redes han conocido su mayor incremento en el año 2007 y no paran de crecer. Es todo un negocio. Tienen su parte positiva, como es los beneficios que de ellas sacan, así como su reconocimiento cada vez mayor en el mundo entero. Sin embargo, también tienen sus efectos negativos, y es que los que están al mando de estas enormes plataformas de la red deben tener cuidado y afrontar con honradez varias cuestiones difíciles, como la intromisión en la vida privada de los usuarios.
El sitio más visitado hasta ahora es MySpace, con casi 110 millones de usuarios. Le sigue Facebook, con 55 millones de usuarios. Otros nuevos están surgiendo, como Tuenti, muy reciente. Este último sitio fue creado por unos adolescentes, universitarios, que jamás creyeron que podrían llegar a donde están hoy. Como el Tuenti, muchos otros estan emergiendo, y cada vez es más fácil crear una red social, dado que la tecnología no deja de avanzar y los jóvenes dominan cada vez más la informática. Por tanto, este fenómeno está afectando a muchos países en los que ya no sólo lideran los pioneros como el MySpace, sino que aumento de sitios locales es un hecho.
Personalmente, tengo una doble visión sobre fenómeno. Soy usuario de redes sociales, concretamente estoy registrada en Tuenti y en Facebook, aunque este último lo utilice menos.
Creo que estos sitios sociales ayudan a crear relaciones sociales, a intercambiar opiniones sobre un tema de interés común en un blog, y por tanto, aprender de ello. Es un modo nuevo de entretenimiento y diversión. Incluso, hace poco vi en un programa norteamericano, que hay gente que le cuesta mucho integrarse socialemente, o que por ejemplo, desea ser cantante, pero por el miedo y verguenza a los demás, se crean personajes virtuales que les representan para interactuar con otros usuarios sin que les cueste tanto.
Sin embargo, no creo que haya que abusar de ello. Es decir, puede que sea un modo de distracción, una forma de relax para algunos, pero no hay que perder los valores y dejarse llevar por un mundo virtual en el que no siempre los datos son reales y en el que se corre el riesgo de volverse un adicto y encerrarse. Hay que mantener los juegos y diversiones "tradicionales", en los que te relacionas con personas directamente, "a la cara", sin que haya un cable por medio. Lo mismo digo para los modos de aprendizaje "on line", no creo que sean igual de productivos o educativos que los juegos de mesa por los que hasta mi generación han pasado.
Por otra parte, hay un problema serio, el de la privacidad de los datos. Se suele creer que al tener una red restringida, los que no formen parte de esta, no pueden tener acceso a nuestra información. No obstante, los expertos afirman que hay muchas formas de acceder a nuestros datos personales, y que una vez que han sido colgados en la red, permanecen ahí y pueden ser utilizados, en nuestra contra o no, por otros usuarios. El problema es que no todos los usuarios son conscientes de ello y muchos datos circulan por la Red sin control alguno.
Por tanto, creo que tendría que haber una supervisión mas estricta a la hora de hacerse usuario de una red social, como por ejemplo, controlar la edad de aquellos que se registran, ya que un adolescente de 13-14 años no sabe del todo a lo que se está "enfrentando" porque no conoce bien ese mundo. Es cierto que personas más mayores no tienen por qué saberlo, y que ahora son las nuevas generaciones las que controlan Internet mejor, pero una persona adulta es más consciente de sus actos y tiene algo más " de mundo". Por parte de los "consumidores", deberían informarse sobre los derechos de sus datos y determinar bien qué información desean que aparezca y dónde, sabiendo de antemano lo que puede suponer.

http://www.youtube.com/watch?v=LsfMoBVjs_Q

El ciego y su lazarillo




Esta mañana he acompañado a mi padre, que tenía que entrevistarse con un hombre ciego, que tiene un alto cargo en la ONCE. Me encontré con un hombre, de unos cuarenta y tantos años, que cordialmente extendió la mano para saludar a mi padre y, a continuación, a mí, al decirle él que lo acompañaba, ya que teníamos que hacer a continuación unas gestiones.

Mientras ellos hablaban de sus cosas, tuve ocasión de observar atentamente a la persona y al escenario. El despacho era amplio y luminoso, con una mesa muy ordenada y, a la derecha, un ordenador especial, adaptado al sistema braille que utilizan los ciegos. Me llamó la atención la vitalidad y el optimismo que desprendía este señor y me dio la impresión que el mensaje que quería trasladar, en todo momento, era el de la normalización. Un ciego, éste era su argumento, es una persona que tiene una discapacidad, una dificultad, pero eso no quiere decir que sea una persona anormal. Es más, la "normalización", el no ser una persona rara, distinta, a la que hay que proteger, sino alguien capaz de valerse por sí mismo, es el objetivo que muchos ciegos se plantean.

Está claro que los ciegos necesitan determinadas ayudas, como los demás, los que no somos "distintos", también necesitamos que a veces alguien nos ayude en relación con algo que, solos, no podríamos hacer. Y, de pronto, me di cuenta que la ayuda más maravillosa con la que cuenta este hombre, amigo de mi padre, es un perro precioso, un labrador negro que, acurrucado muy cerca de su amo y amigo, esperaba una orden para seguirlo y conducirle a cualquier sitio. La escena me pareció que era como una alegoría de la amistad, pues los amigos completan en nosotros lo que no tenemos.

Es muy posible que la gente, cuando este hombre vaya por la calle, se fije más en el perro que en su amo. Esto, en cierto modo, sería una señal de normalización, de que se puede ser "otro", distinto, pero igual a nosotros.

domingo, 15 de febrero de 2009

PABLO PINEDA


Hace poco leí en la última página del diario El País que Pablo Pineda, el chico con el síndrome de Down que ha llegado a hacer una carrera universitaria, acaba también de rodar una película, cuya temática son las relaciones afectivas desde la perspectiva de personas "distintas", como él, por el hecho de tener una deficiencia psíquica, que implica un retraso mental, en mayor o menor grado. El tema de la película es, en cierto modo, un tabú cuando la sociedad, e incluso las propias familias a las que pertenecen, se refieren a estos sujetos. Parecería que son seres asexuados, y los realizadores de la propuesta cinematográfica pretenden contribuir a la ruptura de ese tabú social.



A mi modo de ver, muchas veces la perspectiva de "lo distinto", en este caso una discapacidad mental, se convierte en una especie de filtro, que nos impide ver "lo igual" y común que esas personas tienen con nosotros, como pueden ser los aspectos afectivos en las relaciones interpersonales.



Por encima de todo, lo que nos iguala a los seres humanos es ser personas y esa consideración no debiéramos perderla jamás de vista cuando nos encontramos con alguien que es distinto por cualquier motivo. No es la lástima, ni siquiera la compasión, lo que debe privar en nuestros encuentros con personas que padecen el síndrome de Down. Debe prevalecer el respeto, la cercanía, el esfuerzo por hallar puntos de encuentro con ellos y, de vez en cuando, admirar cómo alguien que parte con desventaja es capaz, a base de esfuerzo, coraje y ayudas adecuadas de lograr ser "menos distinto", pero, sobre todo, llegar a desarrollar al máximo sus posibilidades. Como cualquiera de nosotros, cuando en otros aspectos para los que tampoco estamos dotados nos esforzamos por lograr algo, por ejemplo el cultivo de una afición.

"EPIC 2014"

Las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación evolucionan a pasos agigantados, y con ellas la sociedad. Mientras que nuevos medios de comunicación emergen y se desarrollan continuamente, otros se quedan atrás, peligrando su supervivencia.

Algunos expertos consideran que la prensa va a desaparecer, debido a la incesante monopolización de la información por parte de la Internet. Otros, en cambio, con una visión más positiva, creen que la información en papel va a subsistir, aunque no niegan que el periodismo en la red no para de crecer, llegando ya a unas dimensiones que nunca antes se había imaginado.

Personalmente, creo que todos estos factores y circunstancias nos están conduciendo a un mundo cada vez más individualizado. Es verdad que Internet es el medio que ha llegado más allá y que aún le queda camino por recorrer, pues nos permite comunicarnos con gente de todo el mundo en cuestión de segundos, cosa que ni la televisión, la radio o la prensa han logrado. Con esto se consigue, en parte, reducir la información, personalizarla, puesto que tenemos la oportunidad de acceder a la información que queremos, a lo que únicamente nos interesa.

Podríamos pensar que con la prensa, la radio o la televisión pasa igual ya que, si queremos, leemos o escuchamos lo que nos conviene. Pero Internet va más allá. Aparte de que, con ella, tenemos el riesgo de caer ante una información falsa, transmitida a través de blogs o sitios web, cada vez se tiende más a crear un tipo de información personal. Esto lleva pasando desde hace poco tiempo en otros sectores como el de la venta de productos de consumo. Tenemos la oportunidad de hacer una compra por Internet, incluso de crear un producto a nuestro gusto. Con la información, creo que va a pasar lo mismo, vamos a poder elegir las noticias que queramos, incluso información que no es considerada noticia como tal, pero que es interesante para nosotros.

Sin embargo, profundizando más en el tema, no creo que la prensa vaya a desaparecer. Puede que cambien algunos aspectos, pero sigue habiendo gente que cree en la prensa y en su fuerza y eso va a conseguir mantenerla.

Considero que la escrita es la esencia básica de toda información, es el medio primero y pionero, que con más de 5 siglos ha conseguido mantener a una sociedad informada, sin importar en la mayoría de los casos el nivel cultural de los lectores. En cambio, con Internet no pasa lo mismo, es un medio al que no todo el mundo puede acceder y que no sólo requiere tener un ordenador, sino también unos conocimientos informáticos que muchos todavía no se pueden permitir.

También hubo un tiempo, fundamentalmente en los años 70 y 80, durante los que se creyó que la radio tenía los días contados, debido al auge de la televisión. El tiempo ha demostrado que esas profecías no se cumplieron, y mediados esos mismos años 80 se pudo asistir a un auge de la radio y a un reencuentro de la audiencia con ese medio, sin haber bajado hasta nuestros días.

Lo más probable es que asistamos, en un futuro, a la convivencia de los diversos medios, que se repartirán la "tarta informativa" de los consumidores de información. Y será necesario también que los medios tradicionales hagan un reajuste de sus productos, formatos y estilos, dentro del nuevo escenario abierto por la irrupción y auge de la Internet.

http://www.youtube.com/watch?v=He22EGXJOqI&feature=related
http://www.maskusplanet.com/2007/05/la-prensa-escrita-vs-internet.html
http://quiron.wordpress.com/2009/01/31/internet-vs-prensa/

miércoles, 4 de febrero de 2009

MIRANDO A "LOS OTROS"

Ver no es lo mismo que mirar. Llama la atención cómo mucha gente confunde, al menos en el habla ordinaria, ver con mirar, oír con escuchar. Así, es frecuente que alguien, hablando a través del móvil, diga de pronto a su interlocutor “no te escucho”, cuando debiera decir “no te oigo”. Y tampoco es raro encontrar a quien dice “te estoy mirando”, cuando en realidad nos está viendo, pero no mirando, porque no se está fijando, no está atento a nosotros, su mirada parece más bien perdida, aunque nos encontremos dentro del círculo de su visión más o menos cercana.

Al iniciar hoy mi blog, he querido escoger este tema, porque veo la necesidad de aprender a mirar, no sólo a percibir estímulos que nos vienen a través de la vista, sino a fijarnos en ellos con atención. Esto es precisamente lo que añade el mirar al ver, la atención expresa, junto con el interés y la motivación hacia aquello que se ve. Mirar incluye contemplar, analizar, sintetizar, interpretar aquello que vemos. Mirar supone y exige una especial comunicación. Esto es cierto cuando se trata de objetos. Miramos de verdad el cuadro de un gran pintor cuando nos detenemos en él y, en cierto modo, entramos en comunicación, una comunicación que no necesita palabras, pero que es real.

Si lo anterior es cierto, desde mi punto de vista, lo es más aún cuando nuestra mirada se dirige a las personas. La mirada de un sujeto a otro sujeto es realmente un encuentro interpersonal, un encuentro entre personas, entre un yo y un tú. El yo existe porque hay un tú a quien mirar, o, si se quiere, porque hay un tú que nos mira.

Cuántas veces hemos tenido la experiencia de estar hablando con alguien, sus ojos puestos en los nuestros, y de repente le decimos “¿me estás atendiendo, me estás entendiendo, sabes lo que te quiero decir?”, porque tenemos la impresión de que “el otro” está en “otra cosa”. Es verdad que nos ve, bueno, a veces ni eso, pero es seguro que no nos mira.

Pretendo que mi blog sea, no un “vistazo” a los otros, sino una mirada a los otros. Aunque quisiera definir, desde el principio, a qué “otros” me refiero. Quiero centrarme en la contemplación, respetuosa, cercana y sensible de esos “otros” que en nuestra sociedad son distintos por cualquier motivo. Si ya el otro es, por definición, el distinto a mí, a cada uno de nosotros, no podemos olvidar que en nuestra sociedad existen unos “otros especiales”. La mayoría de la gente los considera distintos, por un motivo u otro, y hasta ellos mismos llegan a considerarse distintos a fuerza de constatar que los demás los catalogan así.

Me he puesto a hacer un recuento de “otros especiales” dentro de nuestra sociedad y compruebo que hay muchos. Aquí va este catálogo provisional: El otro por el color de su piel, por su raza, por el país de procedencia, por su cultura, por su orientación sexual, por su look, por sus ideas, por sus convicciones políticas o religiosas, porque tiene una minusvalía física o psicológica, porque “habla raro” o tiene un tic, porque es hiperactivo, o tal vez superdotado, porque no hace lo que hace la mayoría de la gente de su edad, porque tiene una afición que pocos cultivan … Sí, realmente, si los otros son muchos, todos los demás que no son yo, esos “otros especiales” no son pocos. Lo curioso es que a estos otros, de los que yo quiero escribir, no siempre se les descubre a la primera, a veces hay que fijarse en ellos, es decir, hay que mirarlos.

Mi mirada a los otros quisiera que estuviese siempre exenta de juicios de valor, libre de prejuicios y estereotipos, limpia y sin filtros, dispuesta a la admiración. Quisiera, en fin, que fuese una mirada abierta a la sorpresa. No es una mirada compasiva, como la del que se hace el “bueno” ante el “pobrecito” que, por cualquier motivo (suele pasar cuando hay un defecto por medio) nos da lástima. Es una mirada que quiere aprender, porque estoy segura de que de los otros, de mis “otros especiales”, voy a aprender mucho. Y, desde luego, no quiero ser una mirona, sino una admiradora de todos ellos.