domingo, 29 de marzo de 2009

TETRAPLÉJICOS




Se llama Claribel, tiene 25 años, es una chica guapa y alegre y no quiere que la gente, cuando la ve moverse en su silla de ruedas se detenga a observarla con una mirada de pena. Porque ella, evidentemente, siente que es una chica normal, que piensa como cualquier joven de hoy y tiene parecidos gustos y aspiraciones en la vida y, desde luego, no quiere dar pena. Bueno, es realista y consciente de que tiene una diferencia respecto a la mayoría. Para moverse, para ir de un sitio a otro, necesita una silla de ruedas.

La conocí durante un verano en mi pueblo de vacaciones. Es amiga de unos amigos míos, que me la presentaron en una fiesta. Aquella noche, menos saltar y brincar, hizo de todo, porque tiene una marcha increíble. Cuando acabó la fiesta, pude comprobar cómo un amigo le ayudaba a pasar de la silla de ruedas a su utilitario adaptado, que conduce francamente bien.

Al verano siguiente, me la volví a encontrar y tuvimos ocasión de hablar cuatro horas seguidas, entre cubata y cubata, en una de las discotecas de la zona. Entonces me contó cómo había empezado todo, lo de la silla de ruedas, los meses en el hospital y en el centro de rehabilitación de tetrapléjicos y antes, aunque con muchas lagunas en el recuerdo, lo del accidente hace justamente 5 años. Ahora que escribo esto, siento un escalofrío cuando me doy cuenta de que aquello le pasó a la edad que yo tengo ahora.

Si hoy traigo a Claribel a mi blog es porque tantas y tantas veces me ha dicho que lo que peor lleva de su situación es que la vean, y sobre todo que la "miren como" distinta. Dice que lo nota en reacciones insignificantes de la gente, que a cualquiera pasarían desapercibidas, pero que a ella no se le escapan. Me dice también que ha tenido que luchar para que en su Facultad facilitaran el acceso al centro de personas con sus características, porque no había ni rampas cuando ella llegó a matricularse por primera vez.

Hoy tiene la satisfacción de comprobar que su lucha no ha sido en vano, las barreras arquitectónicas de su Facultad han desaparecido y se hace la ilusión de que allí, entre gente algo más joven que ella y con las mismas aspiraciones (tras el accidente y la rehabilitación perdió varios años académicos), la "miran" de otra manera, como a cualquiera, aunque vaya en silla de ruedas.

INTERNET






Internet es un conjunto de redes de comunicación interconectadas que utilizan una serie de protocolos para funcionar como una red única de alcance mundial.

Es muy difícil poner una fecha exacta al nacimiento de Internet, ya que ha sido un largo proceso de investigación durante años. Muchas de las ideas acerca de crear una red de ordenadores que permitiera la comunicación entre varios usuarios de distintos ordenadores aparecieron en los años 50. No obstante, los primeros pasos prácticos tuvieron lugar a partir de los años 60, cuando varios grupos empezaron a trabajar y a probar lo que se había investigado sobre el concepto de conmutación de paquetes. Se suele considerar que Paul Baran, Leonard Kleinrock y Donald Davies lo inventaron paralelamente aunque el principal creador e ideador de Internet fue Tim Berners-Lee.

En 1961, un científico de la informática, Leonard Kleinrock, publicó el primer documento sobre la teoría de conmutación de paquetes. A través de sus investigaciones y con la ayuda de otro genio de la comunicación y uno de los padres de Internet, Lawrence Roberts, consiguió que los ordenadores pudieran “hablar” entre sí, lo que supuso un gran avance en el trabajo informático de la red.

Sin embargo, el primer gran avance técnico y práctico apareció en noviembre de 1969, con la creación del primer enlace entre las universidades de UCLA y Stanford. En 1972, tuvo lugar la primera demostración pública de ARPANET, una red nueva de comunicaciones. A partir de aquí, la red de redes no ha hecho más que evolucionar, integrando nuevos protocolos.

Cabe destacar la aparición de uno de los servicios más importantes y de más éxito de Internet, la World Wide Web, que nació en 1990.

No obstante, Internet ofrece ahora muchos más servicios aparte de la Web, como el correo electrónico, la mensajería instantánea, la transmisión de archivos, la televisión, o los juegos en línea, entre otros.

Internet se ha convertido en un pilar fundamental de la comunicación. Hoy en día, es posible acceder a casi cualquier parte del mundo a través de un ordenador, obtener información de forma instantánea, estar conectado en varios lugares, incluso al aire libre. En definitiva, es un fenómeno tecnológico que está presente prácticamente en el mundo entero y que nos ofrece una infinidad de posibilidades jamás pensables.

Cada vez son más las personas que tienen acceso a Internet y lo usan. Se estima que ya en 2006 contaba con mil cien millones de usuarios, y no para de crecer.

Además de tener un gran peso en la sociedad, de modo que tanto niños como mayores lo necesitan y usan a diario, es un fenómeno cultural globalizador, que permite aprender y conocer nuevas culturas debido a la gran información que facilita. Pero no sólo es un pozo de información, sino también una nueva forma de entretenimiento y ocio (descargas de películas y música, redes sociales y juegos, etc.).

Se puede decir, por tanto, que Internet ha provocado una revolución en todos los campos y es un medio que está acaparando otros escenarios mediáticos, cada vez menos presentes en la sociedad. Para algunos, Internet es “el salvador” de muchos problemas que antes no podíamos solucionar y produce felicidad, empatía y bienestar. Otros, en cambio, temen a este “monstruo” que se está haciendo con todo, parece que camina de forma autónoma y que incluso fuera incontrolable por nosotros mismos.

domingo, 22 de marzo de 2009

¡QUÉ BARBARIDAD!




- ¡Lo que hay que ver, hija!

- Ay, si mi marido levantara la cabeza ...

- Es que hoy da todo igual, da igual ocho que ochenta, es lo mismo ser hombre que mujer, o mitad y mitad, llaman familia a gente que se junta y eso le dura tres días, claro que eso también pasa con los que se casan por la Iglesia o en el Juzgado, hoy el matrimonio no es para toda la vida, sino a tiempo parcial ...

- La culpa es de la televisión, de esos programas basura, donde vale todo y la gente va a contar sus lios, que si ahora me junto con éste y dejo al otro y luego me vuelvo a juntar. Bueno, mucho de culpa también la tienen los profesores, que no enseñan como antes, ahora son muy blandos y no exigen a los chicos desde pequeños la disciplina, la educación ...Y no te quiero decir de esos padres y esas madres que nunca están en casa, los niños solos y, claro, así cómo se van a educar. O el Gobierno, con esas leyes, que llaman progresistas, pero que son en el fondo un retroceso de la humanidad.

- Pero lo peor de todo es que dos hombres y dos mujeres se puedan casar y que eso se llame matrimonio, como lo nuestro, que fue como Dios manda, con hombres hechos y derechos, con todo en regla, delante del Cura y todo con formalidad.

Hablaban y hablaban las dos señoras, no en voz muy alta, pero sí lo suficiente como para que los que estábamos cerca de ellas en el vagón del metro de la línea 1 nos pudiésemos enterar. Es más, yo creo que tenían interés en que mi amiga Sara y yo, que íbamos a clase, nos enteráraramos bien de lo que estaban hablando y de cómo estaban dejando las cosas claras. Vamos, que trataban de dar su lección, ahora que tenían la oportunidad de hablar a un auditorio joven, aunque sólo estuviese representado por mi amiga y por mí.

La verdad es que, tanto Sara como yo no perdíamos ni ripio de lo que las emperifolladas señoras estaban diciendo. Pero no acertaba a entender cómo tan temprano les había dado tan fuerte como para hilvanar todo un discurso moral sobre lo divino y lo humano ... De pronto, me dí cuenta de que unos metros más allá, hacia el fondo del vagón había dos chicos, más o menos de nuestra edad, cogidos de la mano, hablaban, se reían, se hacían confidencias y me dio la impresión de que también se besaban con toda naturalidad.

Creo haber leído en alguna ocasión que la gente que se muestra tremendamente hostil contra la homosexualidad son, en el fondo, personas reprimidas en sus afectos y en su propia sexualidad. No sé si será cierto, pero no estoy segura de que sólo sean personas mayores las que se muestran intolerantes ante la orientación sexual de determinadas personas, ante quienes son distintos de la mayoría, precisamente por esa orientación. También hay jóvenes intolerantes y nada respetuosos frente a esas diferencias.

Las señoras se bajaron en una estación anterior a la nuestra. Sara y yo tuvimos ocasión para comentar, a lo largo del día, la escena de la mañana en el metro, mientras, como cada día del año, convivimos con mucha gente joven, entre quienes hay algunos que tienen orientaciones sexuales distintas a las de la mayoría. Son personas, son distintos. Algunos de ellos se cuentan entre nuestros amigos.

¿IMPORTA EL COLOR DE LA PIEL?



- ¡Negro tenías que ser!, gritó el taxista tras comprobar que otro coche le había adelantado indebidamente por la derecha, y siguió con un discurso en el que se mezclaban opiniones sobre todo y sobre todos, que si los innmigrantes habían venido a quitar el trabajo a los españoles, que si los rumanos eran todos unos ladrones, los "moros" unos sucios y falsos, que a la primera te engañan, que las camareras y dependientas de otros países (la mayoría latinoamericanas) eran lentísimas sirviendo, que si había oido por la radio ("sabe, ud., la radio entretiene mucho, uno pasa muchas horas en el taxi y, además, te informan de muchas cosas") que casi dos terceras partes de los presos que hay actualmente en las cárceles españolas son inmigrantes ..., que la culpa de todo es de Zapatero porque abrió la frontera para que entraran aquí los que quisieran ..., y así siguió en su monólogo durante varios minutos, mientras mi padre y yo nos mirábamos con una mezcla de complicidad (hemos hablado muchas veces de temas como estos) y de espanto. Sobre todo, a mi padre sé que le molestan especialmente este tipo de actitudes y todavía me admiro cómo no saltó a la primera y se contuvo, aunque estoy seguro de que ganas no le faltaban. En esta ocasión había optado por un silencio que el más tonto hubiera sabido interpretar como de total condena ante tales barbaridades.

Como el tipo no dejaba hablar, tampoco nosotros teníamos ninguna gana de entablar una conversación con quien nos separaban tantas cosas y, además, de nada iba a servir, no tuve más remedio que refugiarme en mis pensamientos. Una vez más, pasaban por mi mente escenas de xenofobia, de racismo, que yo había visto en algunos informativos, había leído en los periódicos e incluso había podido comprobar entre gente de mi edad.

Pero también fue un momento para darme cuenta de que una de las mejores cosas que tenía el colegio al que asistí desde los 4 años hasta ingresar en la Universidad, era su pluralidad. Chicos y chicas de distintas nacionalidades, colores, religiones y estilos de vida fueron mis compañeros. Su sola presencia, su compañía, el poder ser amigo de cualquiera, ya era una lección de respeto al otro, al distinto.

En esto llegamos al final de nuestro trayecto. Tras pagar el importe al taxista y, sin mediar por nuestra parte ninguna otra palabra con él, dijo a modo de despedida: "Y que conste que yo no soy racista".

lunes, 9 de marzo de 2009

LA VECINA "PUNKY"


Laura, mi vecina, es "punky". Su estilo general, sus tatuajes, los muchos piercings que lleva, todo eso facilita que cualquier chico o chica de mi edad la incluya en el grupo de los punkys. El problema está, como pasa con los demás protagonistas de mi blog, en las miradas de los otros. En este caso, incluyo dentro de los otros a la mayoría de mis vecinos, que se cruzan con Laura a la entrada de casa, en el ascensor, en el jardín, o en el portal. Evidentemente, ella es distinta a la mayoría de las chicas que viven en mi bloque por su aspecto externo. Esa "distinción" hace que la miren de "disinta manera". Pero hay en la mirada de los vecinos algo que me resulta preocupante. Su mirada esconde una crítica, incluso una descalificación y un juicio de valor sobre la persona. La mayoría la conoce sólo de vista, pero "ya se han hecho una idea" y, de acuerdo con ella, la perciben y la valoran. Eso es lo que aprendí en mis cursos de bachillerato, cuando nos explicaron los prejuicios y estereotipos.


La imagen externa tiene, en nuestro tiempo, una importancia enorme, es un aspecto al que la mayoría le presta una gran atención. Yo no digo que carezca de importancia, pero no hasta tal punto de sacar conclusiones acerca de las personas sólo por su aspecto externo.


En cierta ocasión oí decir a mi padre, profesor universitario, que había tenido durante uno de los cursos de no hace mucho tiempo una alumna que llevaba una cresta enorme y extraordinariamente llamativa, de esas que ya es raro ver, pero que no hace mucho estuvieron de moda. Creo honestamente que mi padre, como persona y como profesor, no se deja influir por las apariencias de las personas y no las jujzga en función de ellas, aunque sé que no le gustan los piercings, porque los considera antiestéticos. Pues, bien, me dijo que esa alumna fue la mejor del curso en todos los sentidos y a la que le dio la mejor nota de toda la clase. Me dice también mi padre que, a veces, suele poner el ejemplo de la "chica de la cresta", cuando tiene que dar una conferencia sobre temas sociales o educativos, que se relacionen con los prejuicios y estereotipos.


Con esto pretendo destacar dos elementos importantes. El primero, la ignorancia que supone el juzgar a una persona, o menospreciarla en todos los sentidos, sólo por su aspecto externo. En segundo lugar, creo que una vez más, estamos frente a otra persona a la que se suele englobar en aquellos "otros", sólo por no parecer como "la mayoría". Es posible que de estas personas, de la corriente "punky" aprendamos cosas nuevas, como ideologías, o formas de vida totalmente respetables.

lunes, 2 de marzo de 2009

EL PAÍS DIGITAL


El País es un periódico español de tirada nacional de pago. Es el periódico no deportivo español de mayor difusión, sin contar, pues, los que se dedican a las temáticas relacionadas con los deportes, contando con una cuota diaria de ventas de aproximadamente 425.927 ejemplares, según la OJD, el organismo encargado de efectuar dichas mediciones. Es, además, el que tiene mayor número de lectores y su suplemento dominical es también el más difundido y leído, descontando aquellos dominicales que se distribuyen de forma conjunta. Su sede social se encuentra en Madrid, pero tiene delegaciones en otras ciudades principales como Barcelona, Valencia, Bilbao o Sevilla, aportando suplementos específicos para varias de las Autonomías de nuestro país. A lo largo de la semana incluye, como encartes, diversos suplementos, destacándose entre ellos Babelia, uno de los mejores culturales que se difunden en nuestro país. También cuenta con una edición global que se distribuye en América del Sur.

En lo ideológico, se ha definido siempre como de tendencia europeísta. Su ideología corresponde a la de centro-izquierda. Le da un tratamiento mayor a las noticias de cultura, economía y de carácter internacional, además de a las de nacional, como es lógico.

En el tratamiento formal del periódico, El País se caracteriza por su compostura expresiva, tanto en la elaboración de la información como en lo que concierne a la estética: páginas de cinco columnas en las que predomina el orden y la definida distribución de los diferentes subgéneros periodísticos. Para completar u apoyar a la información, las páginas cuentan con fotografías e infografía. Cabe destacar que desde su creación hasta hace dos años, siempre ha mantenido el mismo diseño y la misma tipografía: Times Roman.

Este periódico forma parte del mayor grupo mediático español, el grupo “Prisa”, que cuenta también con la Cadena Ser, la Editorial Santillana (líder en publicaciones escolares), algunas otras editoriales que publican narrativa y ensayos y la radio fórmula de Los 40 Principales, entre otras empresas pertenecientes al grupo.
El País fue fundado por José Ortega Spottorno, hijo del insigne filósofo español D. José Ortega y Gasset, el 4 de mayo de 1976, cuando vio la luz por primera vez, situándose por tanto su nacimiento en el contexto histórico de la transición política española, en cuya consolidación tanto contribuyó este periódico junto a otras, que jugaron igualmente un papel relevante. Este diario fue diseñado por Reinhard Gade.

Debido a su importante compromiso con la democracia, al triunfo del PSOE en las elecciones de 1982, y su y su sintonía con el gobierno de Felipe González, El País fue considerado el líder de la prensa española, dejando atrás a ABC, un gran periódico también, de larguísima tradición, literariamente de calidad, clara adscripción monárquica e ideología conservadora.
El País es el periódico español de mayor proyección internacional, habiendo llegado a acuerdos con otros periódicos extranjeros para incluir de vez en cuando algunos apartados en inglés.

En los años 1990, El País decide ofrecer una edición electrónica en Internet, El País digital, aunque no fue el pionero en esto, pues se le adelantó el periódico catalán Avui. En noviembre de 2002, fue el primero en imponer un sistema de pago pata tener acceso a los contenidos de su edición on line, pero tras constatarse una disminución considerable de visitas y frente a su rival mediático en prensa, El Mundo, que no había adoptado este sistema de pago y se estaba haciendo con el liderazgo, El País decidió reabrir la mayoría de sus contenidos de forma gratuita.

En octubre de 2007, este periódico realizó una modificación tanto de sus contenidos como de la edición en ambas formatos, el impreso y el digital. Además, reemplazó su fiel lema “Diario independiente de la mañana” por el de “El Periódico Global de Noticias en Español”.

Quisiera añadir un dato que considero relevante. Por cuarto año consecutivo, ElPaís.com ha logrado uno de los galardones más reconocidos internacionalmente en periodismo digital, premiándole como uno de los mejores medios de Internet del mundo entero: PEI Awards. Así, se convierte en el único periódico digital español que ha logrado algún EPpy, así como el reconocimiento del medio europeo más condecorado a lo largo de la historia de estos premios.

domingo, 1 de marzo de 2009

HOMBRES QUE HABLAN SOLOS




Siempre había pensado que las personas que hablan solas tenían algún problema psicológico más o menos grave o que, en todo caso, eran gente rara. Pero un día oí decir a un psicólogo que hablar a solas, con nadie como interlocutor, no tiene por qué ser necesariamente algo patológico, aunque en algunos casos lo sea, que hay personas que, en determinados momentos, se concentran mejor, o fijan de manera más profunda un pensamiento si lo expresan en voz alta. Es, por ejemplo, el caso de algunos deportistas que se dan ánimos a sí mismos, se transmiten mensajes y dicen frases cuyo interlocutor y destinatario son una sola y misma persona.

Pero, a lo largo de esta semana, me he encontrado con dos individuos que hablaban solos y mi intuición me llevó a pensar que aquí había algo realmente raro, no sé si patológico, pero sí por lo menos distinto. En el primer caso, se trataba de un hombre de unos 50 años, sentado a la puerta de la casa de una calle céntrica de Madrid. Con la mirada perdida, parecía pronunciar un discurso ante un auditorio imaginario, porque acompañaba sus palabras con gestos bien medidos y daba la impresión de encadenar una serie de argumentos. Eso interpreté en los breves instantes en los que pude observarle, con discreción, mientras pasaba junto a él aminorando un poco el ritmo de mis pasos.

En el segundo caso, se trataba de otro hombre, de elevada estatura, de raza negra, vestido con ropajes de colores llamativos y no alcancé a saber qué decía, porque hablaba en un idioma, que yo interpreté como uno de los muchos que se hablan en el África subsahariana. Sus palabras sonaban con una especial cadencia, parecía ser un canto, aunque estoy segura de que no cantaba propiamente, hablaba sin parar y su hablar me sonaba a triste.

Cuánto me hubiera gustado descifrar el sentido de esos raros discursos de los dos hombres que hablaban a solas, qué decían, por qué lo decían, a qué personas imaginarias, o reales para ellos, se lo decían. Ambos casos me parecieron metáforas precisas de la soledad de muchas personas de nuestro tiempo, aisladas, sin interlocutores con los que intercambiar una palabra. No sé a qué grupo pertenecen mis personajes de esta semana, si a los que hablan a solas siendo "normales", a los que hacen lo mismo porque tienen una patología, o a los que de esa manera están denunciando sin pretenderlo que en nuestro mundo falta comunicación y encuentro entre las personas, aunque a veces sobren las palabras.

No quiero terminar esto sin una anécdota, que es como el reverso del caso de mis hombres solitarios. Pocos minutos después de haberme cruzado con el último de ellos, oí la voz de una mujer joven, que hablaba a voz en grito y de forma tan atropellada como sus pasos. Instintivamente, dirigí mi mirada hacia ella... Iba hablando, sí, sola, pero a través del móvil. ¿Por qué hemos de suponer necesariamente que, en este caso, no hablaba "a solas", sino que hablaba con alguien? Lo cierto es que cualquiera que la hubiese visto y oído la habría colocado en el grupo de las personas "normales", no en el grupo de "los otros".